Pues paciencia y a batallar
Las Provincias, "Bon Dia" 23/12/59
El género informativo de “Gordo de Navidad”, poco estudiado en las escuelas de periodismo, estaba orientado a transmitir, especialmente en los años del subdesarrollo español, la alegría desbordante de los premiados pero, sobre todo, los benéficos influjos distribuidores de riqueza de la pedrea. La Lotería debía ser una especie de “bandido generoso” remunerador de los pobres; y los premios, a ser posible, debían estar “muy repartidos”. La imagen del obrero que se lleva un “pellizco” era periodísticamente más atractiva que la de una persona establecida que llevara un par de décimos en la cartera, por más que el segundo era probable que comprara bastante más lotería que el primero. La información obtenida en el lugar de la alegría solía ser escueta: nombre, edad del agraciado, cuánto jugaba y qué pensaba hacer con el premio. Los premiados, obviamente, casi nunca sabían cuánto les había correspondido y solían contestar que tenían la intención de “tapar agujeros”. La costumbre establecía, además, que tenían que estar muy contentos.